Ha pasado otro silencio.
De esos que antes nos parecían terribles y que con los años hemos aprendido a aceptar como necesarios.
De esos que nos limpian por dentro para permitirnos volver con más fuerza o, al menos, siendo menos conscientes de las propias debilidades.
Pero, cuando después de uno de esos silencios descubres una música que te estalla en la cara y que identificas como una de las mayores expresiones de amor que jamás habías escuchado... Entonces eres consciente de muchas cosas que nunca podrás agradecer lo suficiente.
Son esos pequeños descubrimientos, que nos vuelven locos, los que justifican una y otra vez esa inexplicable elección vital que nos ha arrastrado hasta aquí. Porque no tenemos remedio y, a pesar de todo, no sabríamos hacer otra cosa en nuestras vidas.
Porque no es justo hablar de sacrificio por haberlo dejado todo, haberte subido a un avión y empezar de nuevo. Porque el apoyo recibido es mucho. Porque yo me he ido pero hay quién se ha quedado poniendo en pausa media vida y dejándome volar.
Y un día, después de uno de esos silencios ensordecedores... Escuchas una música que te coge desprevenido, que te recuerda muchas verdades, que puede dibujar el amor a la perfección.
Y entiendes que le debes tus sueños.
Una y mil veces gracias. Por tu infinita paciencia.
Por hacerlo posible y no rendirte nunca.
https://www.youtube.com/watch?v=M-P183jzdfw
Y por otro lado, están todas esas personas que siempre han creído en nosotros, que son capaces de ver más allá de nuestros silencios y que siempre tienen un momento para recomponernos cuando nos venimos abajo. Sin vosotros nada sería posible.