miércoles, 27 de marzo de 2013

Sobre la creatividad literaria

Es muy fácil crear personajes de distinto género y complejidad. Podemos situarlos en un momento tremendamente dramático de sus vidas o en la placidez de un instante de calma chicha. Podemos hacer que alcancen las estrellas durante un fugaz segundo de felicidad terrible o podemos hundirlos en el barro sufriendo las miserias más profundas del universo.

Lo verdaderamente difícil para el escritor es trascender ese instante y dotar a sus personajes de profundidad, de vidas plenas e interesantes. Tal es la dificultad de recrear una realidad ficticia.

Así llevo años queriendo escribir sobre muchas cosas: sobre la felicidad de la vida y la decadencia de épocas pasadas, sobre las segundas oportunidades y los finales felices, sobre los sueños que nos esperan en el horizonte y sobre el olor a viejo que despierta recuerdos de infancia...

En el intento he creado diferentes personajes con una mayor o menor vida literaria, proyectos abandonados o medio olvidados que jamás me han convencido del todo.

Tal vez todavía no sea el momento adecuado para ello. Crear una imagen aislada es sencillo, el reto consiste en unir todos los fotogramas para crear algo grande y contar la historia de toda una vida.

Y para obtener recursos y herramientas para semejante tarea debemos aprender a vivir.

 

Cuando la húmedad empieza a pesar

No. No estamos hechos para tanta lluvia. Si nos descuidamos se nos esponjan los huesos y se humedecen los entresijos del corazón. Demasiada humedad nos vuelve frágiles y nos entumece el alma hasta dejar en nosotros un leve poso de tristeza. Y no nos queda otro remedio que esperar un poco de sol que nos seque la sonrisa.


Pero a veces, cuando lleva demasiado tiempo lloviendo, es necesario salir fuera de nosotros mismos durante un instante y sentir esa lluvia helada, poniéndonos la carne de gallina, cerrando herméticamente cada uno de nuestros poros. Redimiendo nuestros pecados.

Para poder sentirnos vivos, hacer acopio de fuerzas, y retomar al camino. 

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*Hay momentos en la vida en los que la necesidad de escribir se vuelve dolorosa. En los que quisiéramos vaciarnos y dejar salir muchas cosas que llevamos dentro y que nos pesan demasiado. Sin embargo las palabras nos rehuyen una y otra vez, como en una suerte de macabro escondite, condenándonos al silencio. Y no hay más que inmensos espacios en blanco, llenos de significado. Y es cuando nos refugiamos en nuestra música, aunque en ocasiones también estemos demasiado cansados para ello.

Porque, aunque no nos guste, debemos asimilar que existen días para sentarse a ver como llueve.

Y nada más.

"No se puede encontrar la Paz evitando la Vida." (V. Woolf)